Suavemente- te estabas allí.
Toqué tus dedos levemente tibios tu fren- te;
arañándo- te de calor en derredor te erguis- te
hacia mí, desafiante, como triste rama.
Pero abril no te vistió y te quedas- te así, allí,
desnuda junto a los otros árboles del bosque.
(Poema 13, de El jardín de las delicias)
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Cuadro de Jesús Bueno, 2013.
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