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OCTAVIO PAZ, siempre en la memoria





Octavio Paz
(31 de marzo de 1914, México D.C. - 19 de abril de 1998)





"Condenado a vivir en el subsuelo de la historia, la soledad define al poeta moderno. Aunque ningún decreto lo obligue a dejar su tierra, es un desterrado. En cierto sentido, Dante jamás abandonó Florencia, pues la sociedad antigua siempre guardó un sitio para el poeta. Los vínculos con su ciudad no se rompieron: se transformaron, pero la relación continuó viva y dinámica. Ser enemigo del Estado, perder ciertos derechos cívicos, estar sujeto a la venganza o a la justicia de la ciudad natal, es algo muy distinto a carecer de identidad personal. En el segundo caso la persona desaparece, se convierte en un fantasma. El poeta moderno no tiene lugar en la sociedad porque, efectivamente, no es "nadie". Esto no es una metáfora: la poesía no existe para la burguesía ni para las masas contemporáneas. El ejercicio de la poesía puede ser una distracción o una enfermedad, nunca una profesión: el poeta no trabaja ni produce. Por eso los poemas no valen nada: no son productos susceptibles de intercambio mercantil. El esfuerzo que se gasta en su creación no puede reducirse al valor trabajo. La circulación comercial es la forma más activa y total de intercambio que conoce nuestra sociedad y la única que produce valor. Como la poesía no es algo que pueda ingresar en el intercambio de bienes mercantiles, no es realmente un valor. Y si no es un valor, no tiene existencia real dentro de nuestro mundo. La volatización se opera en dos sentidos: aquello de que habla el poeta no es real -y no es real, primordialmente, porque no puede ser reducido a mercancía-; y además la creación poética no es una ocupación, un trabajo o actividad definida, ya que no es posible remunerarla. De ahí que el poeta no tenga status social. La polémica sobre el "realismo" iluminaría con otra luz si aquellos que atacan a la poesía moderna por su desdén de la "realidad social" se diesen cuenta de que no hacen sino reproducir la actitud de la burguesía. La poesía moderna no habla de "cosas reales" porque previamente se ha decidido abolir toda una parte de la realidad: precisamente aquella que, desde el nacimiento de los tiempos, ha sido el manatial de la poesía. "Lo admirable de lo fantástico -dice Breton- es que no es fantástico sino real". Nadie se reconoce en la poesía moderna porque hemos sido mutilados y ya se no ha olvidado cómo éramos antes de esa operación quirúrgica. En un mundo de cojos, aquel que habla de que hay seres con dos piernas es un visionario, un hombre que se evade de la realidad. Al reducir el mundo a los datos de la conciencia y todas las obras al valor trabajo-mercancía, automáticamente se expulsó de la esfera de la realidad al poeta y sus obras.

A medida que el poeta se desvanece como existencia social y se hace más rara la circulación a plena luz de sus obras, aumenta su contacto con eso que, a falta de expresión mejor, llamaremos la mitad perdida del hombre. Todas las empresas del arte moderno se dirigen a restablecer el diálogo con esa mitad. El auge de la poesía popular, el recurso al sueño y al delirio, el empleo de la analogía como llave del universo, las tentativas de recobrar el lenguaje original, la vuelta a los mitos, el descenso a la noche, el amor por las artes de los primitivos, todo es búsqueda del hombre predido. Fantasma en una ciudad de piedra y dinero, desposeído de su existencia concreta e histórica, el poeta se cruza de brazos y vislumbra que todos hemos sido arrancados de algo y lanzados al vacío: a la historia, al tiempo. La situación de destierro, de sí mismo y de sus semejantes, lleva al poeta a adivinar que sólo si se toca el punto extremo de la condición solitaria cesará la condena. Porque allí donde parece que ya no hay nada ni nadie, en la frontera última, aparece el otro, aparecemos todos. El hombre solo, arrojado a esta noche que no sabemos si es la de la vida o la de la muerte, inerme, perdidos todos los asideros descendiendo interminablemente, es el hombre original, el hombre real, la mitad perdida. El hombre original es todos los hombres".


Octavio Paz, 'El verbo desencadenado'
en La búsqueda del comienzo (escritos sobre el surrealismo),
Fundamentos, Madrid, 1974.




. Biografía de O. Paz en wikipedia.


. Bibliografía de O. Paz en el Instituto Cervantes.

. Cronología de sus obras.

. Selección de poemas (1) y (2). Octavio Paz en google books.


. Algunos estudios sobre su obra:


- Imagen intelectual de Octavio Paz, de Mª del Carmen Ruíz de la Cierva.
- La palabra erguida, de Patricio Eufraccio
- En torno al Laberinto de la soledad de Octavio Paz, Yoon Bong Seo.




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