(16)

Aumentando conciencia,
espíritu materia y corazón,
aumentando las ondas
de frecuencia, el ritmo
y su intensidad perdurable.

Dando y recibiendo
-lejos y enmedio
de la desolación e ira
que sube a rauda-
les los marcos de las puertas

Para dejarlo aquí
medido ya y sabido
(en sabor y en conciencia)
como lo que en sí
ya va
          viniendo





(24)

Piedra a piedra
construimos la morada,
palabra por palabra,

con sonrisas y miradas
llenos gestos de sentidos
y otra vez
palabras,

de la mínima morada
que soporta el tiempo
consignando ese pasar
del cotidiano parte,

en movimiento
de palabras,

mínima sublime
tierna y honda
que cimienta
la morada.