No es cierto, no saber
no es humilde sabiduría
sino negación de la misma.
Por contra, solo sé
que cuanto más aprendo
más fácil me resulta aprender.
Y eso es lo justo,
y es lo verdadero.
Y reconozco cada día
que la distancia
de esa totalidad
es menos abarcable.
Y en ese aprendizaje
me hago más,
completo.
Como al reconocer
al de antes en la lengua
de este verso.
La profundidad de ser exige
el juicio sereno. Pero el hombre
no es sueño ni calma,
desaforado instante
de la memoria.
Los hombres han forjado
herramientas precisas
para saber
mañana más que hoy.
Ayer era verdad
el no saber
pero renuncia explícita
a la búsqueda.
Hoy, quien reproduce
la lejana copia
sabe.
Y los ladridos
vuelven claros
a recordarlo.