CON LA VISIÓN DEL BARCO DE ESCLAVOS
Llegamos a latitudes nunca contempladas -
la visión del barco de esclavos
durante el servicio divino
en la cubierta.
En tempranos días de perro,
hemos cavado
entre bosques de sándalo,
cogiendo, de un salto, halcones y sulfuro.
Lo que nos perseguía, después,
no era el frío conceder
de un sacramento
en las ardientes depresiones
sino algo más exótico-
aquella sensación
de un barco de carga, ligero,
tras la llegada de la calma.